Ventajas de las suelas inyectadas sobre el empeine
Desde hace más de 30 años, Giasco produce calzado de seguridad mediante un proceso de fabricación de suelas denominado inyección. En concreto, la suela, tras la inyección de una serie de reactivos líquidos en un molde, se forma directamente sobre el empeine.
Con los años, este método se ha convertido en el proceso principal en el sector del calzado de seguridad, ya que asegura productos más duraderos y resistentes en comparación con otros métodos como el pegado.
La inyección se caracteriza por 3 fases principales.
La primera se denomina Cardado, donde el empeine se raspa en el perfil donde se formará la suela; la segunda es la propia inyección, en la que se inyectan diferentes elementos líquidos en el molde que, al reaccionar juntos, pasan al estado sólido y forman un único cuerpo con el empeine previamente cardado; la tercera es el recorte y acabado, donde el zapato se limpia del exceso de suela.
La característica principal de las suelas inyectadas es su adhesión al empeine. Gracias a las fases de cardado e inyección, suela y empeine forman un solo cuerpo, lo que hace imposible que la suela se desprenda.
La maquinaria y los inyectores robotizados que gestionan la fase de inyección permiten elegir entre numerosas densidades de suela. Esto nos permite seleccionar la suavidad ideal de la suela en función del sector de uso y así ofrecer un calzado de seguridad de altísimo rendimiento.
El material utilizado en nuestras suelas es el poliuretano. Este es uno de los pocos materiales que, incluso después de muchos años desde el primer uso, mantiene sus características físicas. Por eso se dice que tiene “memoria”. Esto es muy importante porque evita que el calzado se deforme con el tiempo y obligue al usuario a adoptar posturas peligrosas para su salud.